Ilusión.
Se abre el telón, y ¿qué ves?
Un niño llorando que clama atención.
Pidiendo con fuerzas que nunca lo dejes solo,
porque cuando eso sucede empieza la tormenta.
Empieza a estallar esa luz que irradia el firmamento,
que grita con emoción que no lo olvides;
pues ese niño que ahora llora, fue alguien que antes imploraba con lamentos.
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